Separando el materialismo de la felicidad.

Todos hemos escuchado qué el dinero es muy importante y qué te va a ayudar en muchas cosas y es cierto, no nos hace nada de daño tener dinero en la bolsa para poder gastarlo, pero ¿En verdad el dinero puede comprarte a tu verdadero amor? La respuesta es muy sencilla: no ¿El dinero puede comprar verdaderos amigos? Tampoco. ¿El dinero puede comprar la felicidad? Definitivamente no.

Las mejores cosas de la vida son gratis:
Una sonrisa, una caminada en el parque, acostarte por la noche en el piso viendo las estrellas en el cielo, el ver a alguien qué en verdad estimas, el viento, etc., etc., entre otras cosas la felicidad.
Actualmente hemos creado una cierta dependencia hacia los bienes materiales, una dependencia muy fuerte, la podría clasificar como una adicción, estamos tan atados a las cosas materiales qué si nos hace falta algo material sentimos qué no podemos vivir sin eso, podrás tener todas las cosas del mundo: Una casa enorme, un carro exótico, darte los lujos más caros alrededor del mundo y tener amor comprado, pero en verdad todas estas posesiones no nos compran la felicidad, conozco gente qué no tiene más qué dinero y aún así es infeliz. Las empresas tratan de convencernos qué si tenemos cierta cosa nos va a facilitar la vida y hacernos más felices pero en verdad simplemente le damos ganancias monetarias a las compañías.
Hoy en día a todos lados qué volteamos vemos promoción para artículos, vemos promoción para servicio, vemos demasiada publicidad y estamos bombardeados de información vacía y material. Prendes la tele: comerciales, prendes el radio: comerciales, navegas en Internet: comerciales, manejas por la calle: comerciales, todo es lo mismo, es una pasarela de publicidad por todos lados. Y no necesariamente tenemos qué irnos a vivir sedentariamente a una montaña para escapar del materialismo podemos hacerlo viviendo como lo estamos haciendo y pues eh encontrado diferentes cosas qué nos pueden ayudar a estar un poco en paz con nosotros mismos y alejarnos un poco del mundo material y consumista qué nos quiere devorar. Aquí hay varias sugerencias:

Limita el tiempo qué vez televisión.
La televisión es de las principales fuentes de publicidad en el mundo, no por nada cuesta millones de dólares el meter un anuncio a la serie del momento o en algún juego importante. ¿En verdad necesitas estar sentado más de 2 horas en frente del televisor sin hacer nada más qué cambiar de canal? ¿Por qué no nos enfocamos simplemente a los programas qué verdaderamente nos interesan o los programas qué nos culturizan?
Hay tantos canales tan ricos de información y tan culturales y lo mejor de todo es qué no cuentan con tantos anuncios, a diferencia de los programas de las televisoras locales donde vemos 5 minutos de la misma sonsera y 10 de comerciales.

Cambia las revistas por los libros.
Las revistas, otro medio masivo para aprovecharse de las personas y hacer qué compren cosas innecesarias solo para verse bien y modernos e innovadores. Las revistas de belleza es lo peor qué puedes comprar, aún pero qué las amarillistas, todo es publicidad vemos una página de un artículo qué nos recomienda comprar cierta ropa para vernos bien y cinco de productos qué con exuberantes mujeres y galanes muy apuestos. En cambio, los libros son una fuente virgen (“publicitariamente” hablando) de anuncios y propagandas, son más culturales, tienen un verdadero sentido y a veces resultan mucho más interesantes de lo qué imaginamos.

(Por continuar)